Para desentrañar el origen etimológico del curioso nombre de esta localidad hay que remontarse a la primera mitad del siglo XIII. Por aquel entonces, los primeros fundadores se ubicarían en torno al “Pozo Viejo”, lugar donde crecía el hinojo. Este pozo serviría de referencia cuando el rey Fernando III de Castilla estipuló la división de los señoríos de la Orden de Santiago y la villa de Alarcón del Obispado de Cuenca. Así, el pueblo fue dividido en dos a punto de cumplirse el medio siglo. De aquel hecho surgirían luego el Hinojoso de la Orden y el Hinojoso del Marquesado, los cuales permanecieron separados hasta 1841, exactamente seis siglos después.

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De dicha escisión derivarían las festividades más señaladas: la de N.ª S.ª la Virgen del Carmen (16 de julio), patrona del Hinojoso de la Orden; y la de N.ª S.ª la Virgen de la Morenita (15 de agosto), patrona de Hinojoso del Marquesado.

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Entre sus contados monumentos, destacan los restos de la ermita de San Sebastián, cerca de la fuente de Hontanilla, camino a la vecina Quintanar de la Orden (cuyo último triunfo en el certamen fue en 2019). Su singularidad radica en sus "falos", una pieza única en la comunidad autónoma y símbolo religioso prerromano, asociado a la fertilidad.